Adolescentes del siglo XXI: la generación que duerme menos

El Periodico:  Un joven mira su móvil en la cama

Los adolescentes de hoy están durmiendo menos que nunca. El fenómeno no es casual: el exceso de tiempo frente a pantallas, la presión académica y la hiperconectividad han reducido considerablemente las horas de descanso de los jóvenes, afectando su salud física y mental.

Un reciente estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) reveló que más del 50% de los adolescentes de 15 años pasan al menos 30 horas semanales frente a dispositivos electrónicos. Este tiempo, que antes se destinaba al descanso, ahora se consume entre redes sociales, videojuegos y tareas escolares.

“El problema no es solo que duermen menos, sino que duermen mal”, explicó la doctora Marta Martín, especialista en neurociencia del sueño. “La luz azul de las pantallas altera la producción de melatonina, lo que retrasa el inicio del sueño y reduce su calidad.”

La situación es preocupante: un adolescente que no duerme lo suficiente tiene más probabilidades de presentar ansiedad, depresión y bajo rendimiento escolar. Además, según el informe, muchos jóvenes se sienten cansados durante el día, lo que interfiere con su capacidad de aprender y socializar.

Por su parte, algunos docentes han manifestado su preocupación. “Hay estudiantes que llegan dormidos a clases o que simplemente no logran concentrarse. La tecnología es útil, pero se nos está saliendo de las manos”, comentó Laura Gutiérrez, profesora de secundaria.

Ante este panorama, expertos y organizaciones proponen varias soluciones: crear conciencia sobre la importancia del sueño, limitar el uso de pantallas por la noche, establecer rutinas de descanso y reconsiderar los horarios escolares, adaptándolos al ritmo biológico de los adolescentes.

Dormir bien no es un lujo, es una necesidad. Sin un descanso adecuado, los jóvenes de hoy enfrentan un futuro con mayores riesgos para su salud y bienestar. La sociedad, la familia y la escuela deben asumir un papel activo para proteger lo más básico: el sueño de toda una generación.