La influencia extranjera en la cultura nicaragüense, ¿estamos perdiendo nuestra identidad?



Fotos tomadas de ambas culturas como contraste de la influencia de la cultura extranjera, fotos tomadas del 19 Digital

Escrito por: Jennifer Dolmus.

Fecha: 5 de junio de 2025


En los últimos años, Nicaragua ha experimentado una transformación cultural silenciosa, pero

poderosa. La globalización, el acceso a internet y las redes sociales han abierto una ventana al

mundo… pero también han abierto la puerta para que muchas costumbres foráneas se instalen en

nuestro día a día, a veces desplazando nuestras propias raíces.


De la marimba al K-pop


Hoy, es más común ver a jóvenes bailando coreografías de K-pop que danzas folclóricas como el

Palo de Mayo o La Gigantona. Las celebraciones tradicionales como la Purísima o el Güegüense compiten con fiestas como Halloween o San Valentín, adoptadas con entusiasmo, pero muchas

veces sin conciencia de su origen ni su significado.

¿Está mal abrirnos a otras culturas? Claro que no. El intercambio cultural puede enriquecer nuestra forma de pensar, vestir, hablar y crear. El problema aparece cuando lo ajeno sustituye por

completo lo nuestro.


¿Qué dicen los expertos?


Aura Espinoza, antropóloga de la UNAN-Managua, lo resume así:


"Los jóvenes conocen más sobre películas de Marvel que sobre Rubén Darío. No es su culpa,

sino el resultado de una cultura nacional que ha sido poco promovida y protegida."


Y es cierto. Durante décadas, nuestras expresiones artísticas y costumbres han sido relegadas a

festivales escolares o celebraciones oficiales, sin suficiente presencia en medios digitales, cine,

series o música popular.


¿Qué se está haciendo al respecto?


Desde instituciones como el CNU, y desde la estrategia nacional de educacion Bendiciones y

Victorias: 2024-2026, se están impulsando programas que buscan reconectar a las nuevas

generaciones con su herencia. Talleres de teatro, poesía, música popular y bailes tradicionales

forman parte de esta apuesta por mantener viva la identidad cultural.


Julio Martínez, gestor cultural, defiende que lo importante no es rechazar lo extranjero, sino

encontrar un equilibrio:


"Podemos escuchar K-pop y al mismo tiempo bailar son nica. Podemos ver Netflix sin olvidar la

poesía de Salomón de la Selva. La clave está en valorar lo nuestro con la misma fuerza con que

consumimos lo de afuera."


¿Y nosotros qué podemos hacer?


La respuesta está en cada uno de nosotros. ¿Conoces las leyendas de tu pueblo? ¿Has asistido a

un festival local? ¿Compartes en redes los talentos culturales de tu comunidad? Rescatar nuestra

cultura no es solo trabajo de instituciones: es una decisión diaria que empieza por el orgullo de

ser nicaragüense.


Porque la cultura no es solo historia: es identidad. Y si no la defendemos nosotros, ¿quién

lo hará?


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